Páginas

viernes, 21 de mayo de 2021

A juicio

Después de un día al que no se lo desearía a nadie, me veo en la postura de escribir y poder encontrar una vía de desahogo como es mi blog personal, inactivo desde hace un par de años y que creo que ha llegado el momento de volver. 

Podría denominarlo como una vuelta un poco amarga, ayer fui juzgada y prejuzgada por un tweet un poco aberrante, del que ya pedí disculpas he de aclarar, con ninguna intención de herir los sentimientos de nadie, pero me di cuenta que ser una no name en internet puede cambiar en segundos, convirtiéndote en algo viral y de lo cual no tenía ni idea ya que todo pasó mientras estaba en el trabajo. El tweet en cuestión fue escrito en un momento de rabia y enfado, algo con lo que realmente no podría excusarme, aun así fui juzgada e insultada. 

Se difamó mi persona, se mofaron de mi, ahora resulta que por un tweet soy una persona sin sentimientos, soy una persona que no es empática, que estoy podrida por dentro, vacía, que soy una imbécil, una ridícula, que merezco morir, un largo etc., ah sí, y que soy una chica pija y rica y por lo tanto me puedo permitir el lujo decir lo que quiera, no sabía que hasta para escribir tweets había que ser tan clasista. Aclaro que esto último no sé de donde lo sacaron, hasta una vida te crean si quieren y haciendo un inciso, yo gracias a la vida y a unos padres que me criaron tengo unos principios y unos valores que ya les gustaría a más de uno/a, vengo de una familia humilde, yo trabajo y me busco la vida para llevar un trozo de pan a casa con el que poder alimentarme, lo que tengo, me lo gano con el sudor de mi frente y dejando esto aclarado me dispongo a seguir, aunque sinceramente no debería de estar dando ninguna explicación. 

El tema en cuestión fue el suicidio, del cual prefiero no decir nada, siendo un tema que toca muy de fondo dentro de mi familia, vida de la que no tenéis ni idea, ni os importa, una vida privada, y que más de uno se ha dado el lujo de inventar. Pero parece ser que el ser humano tiene la capacidad de hundirte cuando él quiere, bueno digo ser humano por no ser grosera claro, entonces ahora yo me pregunto: ¿vejáis a una persona por un tweet, llegando a tal punto de desestabilizarla psicológicamente sin ningún tipo de pudor ni miramiento donde no menciona a nadie, ni si quiera deja en él constancia de todo lo que vosotros mismos interpretáis? ¿Sabéis acaso quién soy? ¿Os importa mi vida? ¡NO! Por lo que no tenéis el derecho de juzgar ni prejuzgarme, ni a mí, ni a nadie, yo tan solo escribí un tweet, no ataqué a nadie, no insulté a nadie, no actué de ninguna manera. Después de pedir disculpas resulta que tengo que seguir flagelándome, porque no cumplo las expectativas de gente que está detrás de una pantalla, porque está muy bien decir “yo defiendo esto, pero tú te hundes”, la hipocresía infinita de un mundo irascible. Todos cometemos errores TODOS y hacemos o decimos cosas de las que no nos sentimos orgullosos así que miraros a vosotros mismos antes de juzgar a nadie, ya que ese derecho no viene innato. 

Debo de dar las gracias a esas personas que me han apoyado, que se tomaron un minuto para mandarme un mensaje de cariño y también a aquellas personas que después de insultarme, tuvieron la gran desfachatez de enviarme su apoyo, la hipocresía de la que hablo. No faltarán aquellos que digan que ahora intento limpiar mi imagen, no, no limpio mi imagen, dado a que no he hecho nada que perjudique a nadie, en todo caso a mí misma. 

Ni que decir tiene de aquellos que enlazan el apoyo de una persona a un “has tenido x con ella seguro, normal que la defiendas y apoyes” por favor no sean prehistóricos. 

Ya pedí disculpas, por lo que no pienso volver a hacerlo, lo único de lo que os voy a informar es que si me quieren ver caer, ser pisoteada o pateada, lo siento, eso no va a pasar, he llorado sí, pero tengo una vida y ahí no entráis ninguno, esta me enseñó a ser fuerte y reconozco que hay veces donde la debilidad aparece, pero una se seca las lágrimas, pone cabeza alta y dibuja una sonrisa. 

Sin más, hasta aquí mi discurso, nos vemos en el infierno queridos/as.

No hay comentarios: